
Va, pues desde un cyber. Venga, gastemos... Total!...
Mi caida en la angustia del no-tengo-dinero parece que ya trasciende al miedo de que me señalen por la calle, que supongo que es una sensación que nace de ésta educación mía de clase media. La gente de pelas se endeuda y sale a flote y se arruína y así sucesivamente, con una soltura que desde nuestra posición de buenos cristianos que pagan sus impuestos y van a misa y carecen de miembros fichados por la policia no podemos menos que envidiar pero, temerosos de tanta soltura, no nos atrevemos ni a visualizar en nuestros mediocres sueños.
Yo sólo quería estudiar Arte Dramático. Papá y Mamá consentían en costearme -no sin esfuerzo- una carrera, y, ya metidos a consentir, no podían objetar nada a mi argumento de "para hacer una carrera con muchísimas supuestas salidas y luego quedarme en la calle -eran principios de los noventa. Tener una carrera te garantizaba aún menos que ahora el tener acceso a un puesto de trabajo- pues hago una carrera que me guste. Y luego si no puedo ejercerla, pues vendo camisas en una tienda, y ya está. Pero amargarme ya a priori haciendo Derecho o Medicina sin que me gusten un pelo, la verdad...
Pero mira qué gracioso, que sí que la he ejercido. E ininterrumpidamente, además -por lo menos hasta el 2005-. Y no lo hago mal, qué coño!... Pero claro, la pérdida de peso... Con lo bien que me iba a mí de actor gordito/mono, y llega la apnea del sueño y me tengo que quitar de encima 25kgs. de peso, si quiero seguir respirando a la vez que duermo, claro...
De modo que, cuando el negocio ya me conoce, voy yo y le cambio los parámetros por los que sabe que puede contar conmigo, y... nunca más un curro.
Con lo mono que estoy ahora, joder!... Pero claro, es que monos hay a patadas. Monos y gorditos y que sepan decir un texto, pues... algunos menos, sí...
Mañana Vodafone pasará por mi banco y querrá cobrar 670 eurazos o así de una cuenta en la que hay sólo 9. Las editoriales para las que hacemos las animaciones a la lectura, qué simpáticas, deben ingresarme bastante más que esa cantidad, pero... ay, caramba, es que verás, ha habido un retraso que...
No tendré dinero para pagar la casa en Julio. No tengo ningun trabajo a la vista para pagar más adelante el alquiler -esto se parece preocupantemente a RENT. Bueno claro, es que se me olvidaba: a los 35 estoy descubriendo que soy bohemio. Tendré que padecer angustias bohemias en ese caso. Bueno, vale...- Pero...
He descubierto, gracias al ayuntamiento de La Capital del Imperio -que me ha comprado mi funcioncita para hacerla éste verano al aire libre en el casco antiguo de la ciudad- que sí que soy poseedor de una cosa: MI OBRA. Y si me lanzo, la muevo a partir de hacerla en tan bonito enclave, pido subvenciones...? Y si actúo como un rico arrojado y pido unos miles de euros? Sin complejos! Y si me convierto en una compañía de un sólo integrante? Y si éste es el mensaje que debo escuchar tras tanta congoja de pela?: No esperes la llamada de teléfono con una oferta de trabajo: ofértate tú tu propio trabajo!...
Y me entran los semesube semebaja, claro. Recuerdo los dolores de cabeza de mis padres cuando quisieron montar la tienda, el préstamo, el negocio que no funcionaba... Las angustias pequeñoburguesas en las que me he desarrollado y que, claro... pesan!...
Pero me temo que la decisión está tomada. Me temo que me convierto en compañía de teatro. Me temo que pido un préstamo, que se lo encajo al circuito regional y pido subvenciones a autonomía, diputación, caja de ahorros y lo que se tercie...
La Lechera, en carne y hueso.
Ésta tarde tuve una entrevista para hacer un trabajo no remunerado de fin de carrera con un alumno de dirección de teatro. Ea, ya he dicho algo que me ha pasao hoy...
Mi caida en la angustia del no-tengo-dinero parece que ya trasciende al miedo de que me señalen por la calle, que supongo que es una sensación que nace de ésta educación mía de clase media. La gente de pelas se endeuda y sale a flote y se arruína y así sucesivamente, con una soltura que desde nuestra posición de buenos cristianos que pagan sus impuestos y van a misa y carecen de miembros fichados por la policia no podemos menos que envidiar pero, temerosos de tanta soltura, no nos atrevemos ni a visualizar en nuestros mediocres sueños.
Yo sólo quería estudiar Arte Dramático. Papá y Mamá consentían en costearme -no sin esfuerzo- una carrera, y, ya metidos a consentir, no podían objetar nada a mi argumento de "para hacer una carrera con muchísimas supuestas salidas y luego quedarme en la calle -eran principios de los noventa. Tener una carrera te garantizaba aún menos que ahora el tener acceso a un puesto de trabajo- pues hago una carrera que me guste. Y luego si no puedo ejercerla, pues vendo camisas en una tienda, y ya está. Pero amargarme ya a priori haciendo Derecho o Medicina sin que me gusten un pelo, la verdad...
Pero mira qué gracioso, que sí que la he ejercido. E ininterrumpidamente, además -por lo menos hasta el 2005-. Y no lo hago mal, qué coño!... Pero claro, la pérdida de peso... Con lo bien que me iba a mí de actor gordito/mono, y llega la apnea del sueño y me tengo que quitar de encima 25kgs. de peso, si quiero seguir respirando a la vez que duermo, claro...
De modo que, cuando el negocio ya me conoce, voy yo y le cambio los parámetros por los que sabe que puede contar conmigo, y... nunca más un curro.
Con lo mono que estoy ahora, joder!... Pero claro, es que monos hay a patadas. Monos y gorditos y que sepan decir un texto, pues... algunos menos, sí...
Mañana Vodafone pasará por mi banco y querrá cobrar 670 eurazos o así de una cuenta en la que hay sólo 9. Las editoriales para las que hacemos las animaciones a la lectura, qué simpáticas, deben ingresarme bastante más que esa cantidad, pero... ay, caramba, es que verás, ha habido un retraso que...
No tendré dinero para pagar la casa en Julio. No tengo ningun trabajo a la vista para pagar más adelante el alquiler -esto se parece preocupantemente a RENT. Bueno claro, es que se me olvidaba: a los 35 estoy descubriendo que soy bohemio. Tendré que padecer angustias bohemias en ese caso. Bueno, vale...- Pero...
He descubierto, gracias al ayuntamiento de La Capital del Imperio -que me ha comprado mi funcioncita para hacerla éste verano al aire libre en el casco antiguo de la ciudad- que sí que soy poseedor de una cosa: MI OBRA. Y si me lanzo, la muevo a partir de hacerla en tan bonito enclave, pido subvenciones...? Y si actúo como un rico arrojado y pido unos miles de euros? Sin complejos! Y si me convierto en una compañía de un sólo integrante? Y si éste es el mensaje que debo escuchar tras tanta congoja de pela?: No esperes la llamada de teléfono con una oferta de trabajo: ofértate tú tu propio trabajo!...
Y me entran los semesube semebaja, claro. Recuerdo los dolores de cabeza de mis padres cuando quisieron montar la tienda, el préstamo, el negocio que no funcionaba... Las angustias pequeñoburguesas en las que me he desarrollado y que, claro... pesan!...
Pero me temo que la decisión está tomada. Me temo que me convierto en compañía de teatro. Me temo que pido un préstamo, que se lo encajo al circuito regional y pido subvenciones a autonomía, diputación, caja de ahorros y lo que se tercie...
La Lechera, en carne y hueso.
Ésta tarde tuve una entrevista para hacer un trabajo no remunerado de fin de carrera con un alumno de dirección de teatro. Ea, ya he dicho algo que me ha pasao hoy...