
Mañana es el cumpleaños de El Rubio...
Quieren hacerle ésta noche una fiesta en El Bar. Lo organiza su chica, la alemanita con la que lleva ya unos meses. El Nicaragüito, mi compi de piso, está implicado en lo de la fiesta. Lógico: El Rubio heredó todo mi entorno de amigos. Nicaragua es extremadamente discreto con el tema de nuestro enfado. No ha hecho el más mínimo comentario sobre ello, ni para inclinarse hacia un lado ni hacia el otro. Sé lo mucho que le cuesta. Aparte de su implicación personal con los dos, es que es periodista! Y COTILLA! jejejeee...
Nicaragua y Alemania quedaron en llevar ahora al Bar la tarta y algunas cosas para ésta noche. Nicaragüito salió de casa anunciandome que, quizá, por ir a éstas horas tan tempranas, encontrarían aquello cerrado. Le dije que, en tal caso, me llamaran y yo iria a abrirles. Vale: no estoy en contacto con El Rubio, acabé de él quemadísimo... pero tampoco quiero boicotearle la vida.
Me llamó la chica. De acuerdo: me arreglo y voy para allá. Ningún problema... Instantes después me vuelve a llamar para decirme que no me moleste, que mi Señora Esposa ya les ha abierto... y la chiquilla -bien linda, la verdad- aprovecha: que quiere que esté en la fiesta. Que sabe que estamos enfadados, pero que El Rubio habla cada día de mí, de lo muchísimo que me echa de menos, de mi amistad, lo que le duele coincidir en El Bar ocasionalmente y que ni nos miremos... Iré? pues... la verdad, no se que decirte. Lo pensarás? pues... sí. Prometo que lo pensaré.
De hecho estoy escribiendo ésto ahora para ver si, leídos mis pensamientos pasados a limpio, me aclaro un algo!
Él me echa de menos. Yo a él, sinceramente, no. Cada vez que pienso en el tema hay una parte que me duele muchísimo. Lo hice muy mal. Desde el principio. Es un tipo muy carenciado que exige exige exige y exige. Nunca dabas la talla. El hecho de que yo entablara amistad con él en un principio porque quería llevarmelo a la cama y también el hecho de que me gustaba muchísimo -para follar, no más- eran material que usaba para poner SIEMPRE en tela de juicio si mi amistad era o no limpia. He vivido con esa losa -suena muy tremendo, pero el muchacho fue compañero mío de piso. Literalmente HE VIVIDO con esa losa- y sintiéndome culpable y consintiendole abusos que no debreía haberle consentido sólo para aplacar ese remordimiento. Pero siempre fui sospechoso. Y seguí consintiendo. Y me harté.
El asunto es que por aquella absurda discusión dejó de hablarme -porque no olvidemos que ÉL dejó de hablarme a mi- Y ese día, por primera vez, se me antojó que tal alarde de orgullo herido quizá podría permitirselo cualquier otra persona conmigo. Pero él, no. Entonces pensé en las muchísimas veces que el tipo ha sido, como yo ese día con él, injusto conmigo, y que me ha hecho daño, y que ha sido egoista, y que me hizo chantaje emocional, y que... y que... y que yo hice borrón y cuenta nueva y no pasó nada. Y no me dio la gana consentir que las normas sigan siendo así sólo en su dirección y nu ncaq en la mía, y que cuando el error lo cometo yo, merezca el fuego y el rechinar de dientes.
Entonces... bueno, me duele mucho haberle consentido una relacción con normas de juego tan desequilibradas. He aprendido un montón de mí mismo, creo. Me duele que se haya encontrado con una actitud mía tan incomprensible. Pero también me duele que ni siquiera se le pase por la cabeza lo harto que me tiene. Que de por sentado que él ha sido un angelito y yo, sencillamente, he pasado de ser un santo a ser un monstruo despiadado.
Y entiendo que me eche de menos. Se lo consentia todo! Y me tienta la idea de presentarme en el cumpleaños con un regalo y calmar mi conciencia... Pero la verdad es que no sería lo mismo porque no me veo consintiendole las cosas que le consentia antes. Y conociéndole como le conozco se que va a usar eso para hacerme chantaje emocional y machacarme... quizá no intencionadamene, pero lo haría. Es tremendamente soberbio. Nunca tiene la culpa de nada.
Y yo no echo nada de eso de menos...