
HORTENSIAAAAA!!!
Nombre tan bello, gritado desde la ventana... Mes de Noviembre. Mes muy frío. Mes tremezco!
Pos na, ya mañana san Andrés... y yo YA HE COBRAOOO!
Que tras llorar aquí sin límite mi penuriosa situación, justo me parece reconocer que los esfínteres, por ése lao -el económico-, me vienen estando mucho muchísmo más relajaos... Ahora ya sólo queda ver cómo va la serie y si continúa y en fin... si nos da pa relajar del todo-todo. Que sí, ya pa lo que es pa mí, tengo entre ésta mensualidad y la próxima, que son seguras, pa un respiro. Pero en prolongándose la cosa, pos estaríamos hablando ya de inclusive devolverle los 6000 a mis hermanos... los 1000 de hace dos años a la Directora... los 600 a la Amiga Rica...
Amores: o sea: sexo: Lágrimas. Crujir de dientes.
Anoche fui al aTientas Húmedo. Debe ser que mi cara de sí, ya lo se, soy la persona menos atractiva del mundo, se ve incluso en bolas y a oscuras, porque aquello fue mal mal pero muy requetemal... a tientas di con un cuerpo que parecía de mi agrado, y que luego al llevármelo a una cabina, a la -poca- luz visto, resultó no serlo tanto. Pero ahí cerré la noche, ya con ése cuerpo azteca. Y me decía el muchacho que tengo sonrisa y mirada de seductor picaruelo que va dejando cadáveres por allá donde pasa... me dicen ésto constantemente... cada vez estoy más convencido de que la instalación está rematadita y puesta, en perfecto estado, lista para funcionar... y que yo no sé leer las instrucciones de uso!
El Seminarista, horas antes, me contaba por sms que se iba a casa del futbolísta. A consolarle, que se ha peleado con el entrenador... y ya no me pude quitar de la cabeza la imágen de esa pareja de guapos hasta la náusea, abrazados y amándose... y no dejaba de compararla con el triste espectáculo que debe ser mi cuerpo fofo -rematado de cabeza con una sonrisa y una mirada superbonitas... grrrrr!- demandando a oscuras que un nene mono le deje acariciarlo...
Anoche no lloré. Algunas de las noches que me pasan éstas cosas, consigo avergonzarme lo suficientemente rápido de lo que estoy a punto de hacer, y corto el llanto a tiempo.
Unas horas antes, El Seminarista me preguntaba si no salía. Le dije que sí, que me iba a arreglar y a poner guapo para terminar la jornada de viernes en la fiesta de cumpleaños de un compi de la serie. Le dije que estaba cansadísimo. Que no me apetecía mucho. Con el frío que está haciendo, arreglarme bién sólo para constatar que soy invisible salvo para todo aquel que a mí no me gusta. Le dije que, aunque sabía exáctamente todo lo que iba a pasar, iba a comportarme de modo que diera a la vida la oportunidad de llevarme la contraria y sorprenderme. Que lo que me apetecía era meterme en la cama y no lanzarme a las calles sólo para sentirme feo, rechazado y desgraciado... pero que me iba a poner -ejem- guapo, a salir, asistir a ésa fiesta...
Iba como dirigido al centro de la diana por una carta de invitación en la que pusiera: venga, ven! Que ésta vez va a ser distinto y no te vamos a disparar al corazón!
Le dije: pero lo hago porque, el día que deje de arreglarme y salir, significará que me he resignado. Que he tirado la toalla...
(Me detengo ahora porque, a medida que escribo, reconozco en lo que veo en la pantalla ése tipo de frases un poquititito melodrameision que, leídas de aquí a un tiempecito, sé que me avergonzarán. Ésta pausa en la narración espero que me alivie ésa vergüenza futura como un antídoto. Algo así como "uf, menos mal! Al menos me ruboricé un poco entonces, a tiempo real, de haber escrito la frase He Tirado La Toalla!")
... y por eso, aunque se exáctamente cómo va a ser ésta noche y el dolor que voy a sentir, me expongo. Y salgo. Porque no quiero ver que he tirado la toalla!
(Jejeje!)
Él me dijo: a mí me pasa lo mismo.
Ya, pero tú sabes que lo que te espera es bueno.
No te entiendo...
A ver, Seminarista... a qué te refieres con que a tí te pasa lo mismo?
Pues... a que salgo para sentir que no hago vida de enfermo de cáncer. Que todo sigue. Que sigo vivo...
Ah... Perdón... Creía que te estabas refiriendo a que tú también sabías cómo iba a ser tu noche. Y a eso contestaba, diciéndote que lo que tú sabías que iba a pasar era bueno, y lo que yo sé que me va a pasar, no lo es. Te entendí mal, y entonces contesté a algo de lo que tú no estabas hablando...
Y a partir de ése momento se desarrollaron los hechos, para él y para mí milimétricamente. Según el plan.
Y yo hoy no le he llamado para preguntarle qué tal está.