
******************Azules y con el corazón blanco....
Ayer vino a casa Magnolia de Lorenzo, de coffe y tarot de media tarde. Que murió su padre, al que yo conocí, éste verano. Y yo ya llevaba como ocho meses sin verla...
Todo todo todo lo que tengo, mucho o poco, es mío. O en usufructo más bien, supongo que sería así dicho más correcto... caray, pero lo que quiero decir, así un poco en desorden de ideas, es que soy administrador de un montón de cosas buenas... Voy liándome porque se me agolpan cosas en la cabeza, y pienso que algunas hacen que broten en mí sentimientos de culpa y errores y arrepentimiento y fallos de base... y que algunas cosas, enfrentadas a la muerte, relativizan muchísimo, y que siempre he intentado hacer un muy cuidadoso repaso de lo que es bueno en mi vida, para no verme convertido ante mí mismo en un quejica... es decir: siempre he intentado prestar mucha atención a todo lo bueno de que disfruto, y ser agradecido por ello, y no necesitar ni que muera un familiar, ni que una guerra arrample con todo ni ninguna situación así de extrema para, de repente, descubrir que en el pasado tuve muchas cosas... para descubrir que en el pasado, probablemente, fuí feliz... éso me daría una rabia tremenda! No quiero llegar a la conclusión de que he sido feliz! Quiero ser consciente de que lo soy y de porqué lo soy a tiempo real! Lo otro me parece tan estúpido!...
De Lorenzo me estremeció con su llanto, claro. Un llanto tranquilo, de saber que la pena tarda mucho en salir y el dolor en curar, pero nada... desagradable?... caray, qué difícil describirlo! Del modo que ha quedado es como más se aproxima a lo que pienso, pero lo releo y me suena irrespetuoso o qué sé yo... El caso es que Mag lloraba dejando salir como de un estanque ahíto, y transmitía muchísima tranquilidad, y era un llanto sin colores oscuros... y, entre las muchas cosas que decía, una se me clavó: No hay que lamentarse por lo que uno no tiene, y debe estar muy agradecido por lo que sí tiene. Poco o mucho.
Al margen de que suene adoctrinador -ésa primera persona del plural que usó mi niña, ésa fórmula tan eclesiástica, que yo prefiero desterrar cuando hablo de cosas hondas que me han pasado a mí por la primera del singular, menos aleccionadora- pues al margen de éso, digo, la verdad que me sentí mal. Por toooodo lo que yo me he lamentado, en éstas páginas y en mi día a día -ante mí mismo, claro! Y también cuando rezo, al responsable del desaguisado. Pero no a los amigos... qué vergüenza!... bueno, al Seminarista en alguna ocasión sí que le he torturado con mis torturas, lo reconozco- por toooodo lo que no tengo y que querría tener... ATRACTIVO, en una palabra...
Y tras oir a mi niña, el conflicto era... caray, pero tengo derecho a desear cosas!... no?... Vaya, que me gustaría no se convirtiera ése deseo en una tortura, sino más bien en un motorcito interno que me empujara, sanamente, a moverme, a obrar, a conseguir y a superar obstáculos, a limar y limpiar cosas que no me gustan de mí ni deseo en mí, y sustituirlas por las que sí deseo... no?... y si, en consiguiéndolas, me decepcionan... bueno, éso ya es otra guerra... pero no me da la gana caer, tras las palabras de mi amiga, en éso que he oído tantas veces, que me parece la muerte: ten cuidado con lo que deseas, porque lo puedes conseguir... cabe afirmación más perversa?
El día de ayer fue además especialmente luctuoso, pues se suma a la conversación around el temita de marras con café y pastas, ya desde el mediodía, que haciendo mi bici en el gym, leo a Savater, Fernando, su artículo, que se titulaba De Profundis y tenía como tema... la muerte... Y se añade, no olvidar el detallito, ése sms que por la tarde recibo del Seminarista, contándome que, asistente por compromiso al funeral de un fulano al que no conoce, se entera de que se llama y apellida... como yo.
Recapituleision... como diría el chiste: que te mueres tío, que te mueres!... No está de más de vez en cuando detenerse en el temita. Es lo único seguro que sabemos nos ha de suceder a todos algún día, no?... Pos oye... vale que sin regodearse, pero un pasarlo por las mientes de cuando en vez estoy seguro que es saludable y todo...
Y quejarme menos. Y llamar más a Papimami. Y estar muy muy muy agradecido, aunque todo fuera de mal en peor y tuviera que dejar la casa en marzo por impago... Y seguir deseando, coñio! Sin amargura, pero con todas mis fuerzas!