jueves, 10 de julio de 2008

Agapanthum II

Pues está siendo que, en efecto, El Mexicano no viene a dormir a casa...

El Domingo, tras el bar, yo tenía muchísimas ganas de follar. De guarreo en el aTientas. De ese ardor que me enciende tanto cuando me toca un tío a oscuras y noto que le gusta lo que se encuentra. Me temo que estoy un poquito pervertido y perdido para continuar mucho tiempo con una relacción sexual medianamente convencional, duradera y estable, porque el morbo que me da éste otro tipo de sexo desconocido me encanta.

Los Domingos suele ser un día de medio-poco movimiento allí. Pero la noche del 6 al 7 uno se encontraba con una pequeña excepción a ésta norma en el tugurio oscuro: Final de los fastos del Orgullo.

Aquello estaba petao...

Di por sentado que no iba a comerme una rosca. Yo triunfo en condiciones de poca asistencia porque reducen las opciones de pillar tíobueno a la posibilidad que encarnamos yo y los no más de una decena de otros asistentes de buen ver. El resto son bastante menos apetecibles. Pasa entonces que es mucho más fácil que alguno de esos otros diez monillos reparen con más facilidad en mi presencia, y me beneficie a un pequeño lotecito de ellos. Estando la carniceria a explotar de género de primera, mi drama es que me vuelvo inbisible.

En cambio todo fue fastante bien. Al principio un par o tres de vueltas de reconocimiento y desconsuelo: Tiarros, chavales y chulazos a los que no se les pasaba ni por la sombra del pensamiento el reparar en mí. A la barra, a por un martini blanco. Me siento en la sala de la tele, a contolar quien pasa por en medio y entra en lo más hondo, oscuro y sórdido del antro para, si así se tercia, irle en pos...

Aun no llamándome la atención nada de lo que se movia -y que fuera susceptible de hacerme caso, claro. Porque llamarme la atención me la llamaban muchos pero muchos muchos!- ahí me metí. Contacto número 1: un latino, que son mi negociado, es un hecho. A una cabina y... bien, la verdad! Buenas caricias, buen morboseo... LA COMÍA DE ESCÁNDALO! de verdad, de las mejores bocas que me han succionado! Buena follada... muy a gusto, sí! Me cogía la polla y me decía "y ya mi culito va a ser para ella para siempre" jeje... Pero saliendo a la barra se las compuso para despistarme y lo perdí. Eso de prácticamente pedirte matrimonio, y dos minutos después darte esquinazo, desde mi experiencia, es bastante cono-sur, la verdad...

Pido el segundo martini que me corresponde con la entrada por acceder al parque de atracciones antes de las 2 de la mañana. De nuevo a la sala de cine arte y ensayo. Los protas nunnnca nunca se terminan casando, oye... Acabo jarabe y me entenebrezco. Contacto nº 2: español rubito. Parecía un chavalín - pero, ay!... al final la luz hizo público otro veredicto!- Oye, y qué bien besaba... y qué morbazo me daba... y qué... a la cabina! Recorriéndonos bien el uno al otro, le digo con todo el subidón que quiero follarmelo. Tienes condón? sí .Tienes crema? -no dijo lubricante, dijo crema. A saber éste las pajas que se hacía de pequeño escondido en el baño, cómo le dejaba el tarro de Ponds a su madre!- pos no, "crema" no tengo... Ah, pues... entonces follamos otro día. Vale, vale, no pasa na. Pos ni que el sexo fuera sólo meter un palito en un agujerito, y con lo bien que lo estamos pasando! El tipo, muy vicioso como a mí me gusta, así lo entiende. Y seguimos... Uffff!!!... Cómo disfruté, coñio! me tocaba los pezones y me los comía con mucha suavidad, y me subía al cielo! Hubo un ratito que, inclinado sobre mí, yo estirado dejándole hacer, me pajeaba despacito mientras me comía el pezón izquierdo. Y yo notaba cómo su saliva caía a gotitas que me recorrían el vientre hasta el pantalón y... Diossss!!! Yo le comía el culo y él gemía y se estremecía. Y a mí eso de notar que al tipo al que estoy dedicando mis artes se le está derritiendo todo el sistema óseo es que me sube a la moto no veas tú cómo! Empecé a explorarle el culito. Un poquito más adentro. Él pedía más. Otro dedito? SIIIII!!! Vale, pues otro dedito. Qué te parece el masajito en la próstata? AAAAAAHHH!!! Ok, entonces sigo. APRIETA MAAAAASSS!!! MAAAAAASSSSS!!! Así? SSSSSSIIIIII!!! MAAAAASSSS!!! APRIETA MAAAASSS!!! Yo le complacía, claro que sí. Me estaba volviendo loco de tanto morbo como sentía. Le masajeaba fuerte con las yemitas blandas de mis dedos la raiz de la polla dentro del culo, y me pedía más, más, más y más. Empecé a meterle el dedito meñique por la uretra. Eso hay a quien le encanta como nunca nada antes en el mundo, y quien no soporta ni la insinuación. El tío se volvía loco.

Jadeantes, salimos a tomarnos algo. En la barra le caen encima diez años y, al abrir la boca, un cretinismo importante. Me desembarazo: Nene, voy un momento al baño, que...

En el baño, un tipo mono se me insinúa. Pero a mí me da la tontería, y paso. Me voy al cuarto oscuro de nuevo. Las últimas oportunidades, que ésto está a punto de cerrar. Un chaval guapito con gorra me empieza a sobar con astucia, y me gusta. Me lo quedo. Me encanta verles dar la vuelta a la visera para arrodillarse y chuparmela sin obstáculos. Me da muchísimo morbo. Era el mismo que se me había insinuado en el baño. Cabina.

Y, la verdad, éste es el tipo por el que estoy escribiendo todo ésto. Porque los dos anteriores, variaciones y permutaciones al margen, son experiencias que ya había vivido. Pero lo de éste... no.

Éste era un cerdo.

Y me dio morbo la posibilidad de guarrear. De guarrear de verdad. Me hacía sentir un adolescente ante placeres desconocidos y, coño... eso engancha!

"No te asustes, que yo soy muy cerdo, vale?" vale...

Me quería follar. Y yo a él, claro. Cojonudo: dos activos. Vale, pero ya dijimos que no pasa nada, que se pueden hacer muchas cosas... Joder, si se pueden!

Quería que le escupiera. Buenos lapos verdes. Se los metí en la boca. Quería que le meara. Y por Dios que lo intenté, pero con la polla tan durísima como la tenía, fui incapaz de sacar ni una gota. Me llevó a su casa. Me comió los pies y la polla. Me comió el culo. Él lo hubiera preferido sucio. Me metía un dedo y lo quería manchado. Pero yo estaba limpito... Un poco desilusionado, lo volvía a meter, lo sacaba y lo chupaba. Y una y otra vez. A mí me desagradaba y me daba morbo a la vez. Empezamos a intercambiar gargajos. A llenarnos la cara de saliva. Mucha. Me soné los mocos en su boca. Los compartimos. Me escupió. Hilitos densos unian nuestras caras congestionadas. Me corrí en su boca y se corrió inmediatamente. Con grandes, grandes espasmos...

"Quién va primero, tú o yo?" Al final resultaba ser que una ducha en su momento justo, al tipo le agradaba tanto como a mí. Quién lo hubiera dicho! Así que, primero fui yo. Y, ya limpitos, nos dimos a entender que ninguno quería que me quedara allí a desayunar. El cabrón, en cambio, me pidió que le diera un masaje y le hablara en la cama, para quedarse dormido. "Soy muy egoista, pero al menos lo reconozco" ...! Así que yo lo hice, que a mí me gusta rematar todas éstas historias con ramalazos así, como de cine absurdo de Kusturika.

"Por favor, no te vayas sin apuntarme tu teléfono. Tienes que venir un día a cagarme"... Le apunté mi mail en un post-it y lo pegué en la pantalla del ordenador. Y juro que no me equivoqué a drede con el .com en lugar del bueno, el .es...

Sí, un asco... coño, pero tenía que contarlo! Para recordarlo bien! Que me pareció fascinante!

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