viernes, 17 de octubre de 2008

A!...


Temblaba un poquito ante la espectativa de tener que esperar hasta el lunes para saber qué coño tenía. Pero nada, jeje... Que no panda el cúnico! Que es A! QUE ES AAAAAA!
Con esa propensión al melodrama que me adorna, ya me veía yo todo el finde de reposo en casita, escribiendo aquí a razón de tres entradas por día. Volcando pa fuera la montaña rusa en la que se convierte la cabeza de quien espera una noticia que no sabe si va a ser buena o mala. Con la esperanza de que, escrito, todo ese maravallo mental metabolice y no se vuelva tóxico. Lo mismo que hace el hígado para el organismo, vamos!... Nota: sopersar la posibilidad de hacer un cambio en el nombre del blog. "Hígado de Papel"... por ejemplo... qué cosa más fea que poco poético suena, leñe!... Aunque al parecer, los sentimientos en el imaginario del mundo antiguo no se hacían residir en el corazón, sino en el hígado... Les dirían l@s enamorad@s a sus amad@s "te quiero con todo mi hígado?"...
"El Hígado de mi Alma"... Dios, no!...
Anoche, diez personas en la función. Las buenas noticias: Quizá un par o tres de ésas personas puedan tener la influencia suficiente en un par o tres de lugares en los que me vendría muy requetebién caer bien y gustar. Al margen de que la función salió redonda, qué coño! Con amago de desmayo incluído, lo cual, contado, supongo que no deja de tener su gracia. Es decir: el público -ésas diez santas almas- ni se enteró. Pero yo, cuando ya llevaba el cansancio por delante de tres cuartos de la obra hechos, en un momento en el que he de esforzarme un poquito más, sentí que la cabeza me hacía iujujuiiiii!... Encima del escenario, la química corporal debe andar en unas negociaciones que yo creo que ni la diplomacia florentina del Vaticano se atreve a imaginar. Porque el caso es que yo sudé a mares agüita bien fría, yo debí ponerme como el yeso... y yo continué la obra hasta el final sin un mal temblor de piernas.
"Cyberhígado"...
De modo que no es mal salario para mis exangües, sobreexplotadas y agotadas glándulas suprarrenales que hoy de mañanita la enfermera me llamara para decirme: "A". Bueno, la mujer no fue tan parca, pero la verdad es que yo no necesitaba que me contara Lo Que El Viento Se Llevó, con todos mis respetos! "Que te vengas el Lunes a las nueve a recoger el resultado" sí, muy bién, muchas gracias -y yo por dentro "es AAAA! es AAAAAAA!"- "Que ya sabes, que si vives con más gente, no mezcléis la ropa en la lavadora. Lávate con frecuencia las manos. Aparta tu cubierto, tu plato y tu vaso de los demás" Síííí sí sí sí sí, lo estamos haciendo todo, gracias -"es AAAAAAAAAAAAAAAAAA!"-
"La Víscera de Letras"... "La Víscera de Letras que me Purifica"... "La Víscera de Letras Purificadas"... "Letras Puras"... de repente estoy en tercero de B.U.P...
Se va a quedar "Selandria Aegyptica" y punto!
Así que ya no hay lugar pa tanta melancolía -otra cosa que hasta el XIX la medicina dió por sentado que la provocaba el hígado. Qué fuerte!- ni pa componer la figura de enfermo retirado en casa, atormentado... Me voy a quedar en casa, sí: porque necesito reposo. Pero ya no hay que torturar a ésta pobre página con especulaciones sobre cómo se acerca mi inevitable final porque vamos... NO!...
Je je...

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