
Me duele la garganta desde hace meses. No son las anginas de mierda de siempre. Es una polla verde que me comí, estoy seguro!... Que no sé a qué me meto, si 1, no me gusta comer pollas y 2, no lo hago bien!... Pero el tío es mono... había que intentar impresionarle, claro. Me llega más adentro que a nadie, venga!... Ooooj, qué mastuerzo estoy hecho coño, no aprendo!... Así que en vez de la telilla esa blanca al fondo de la garganta que me ha salido en otras ocasiones que di acceso a material caducado, ahora no se ve telilla porque es más abajo, es en lo hondo, exactamente en la nuez. Un dolor cada vez que trago que me tiene harto. Y que encima no me deja cantar como a mí me gusta! Siempre como afónico, joé... El plan anti-visitar-al-médico-a-ver-si-se-me-pasa-sólo partía de la siguiente idea: bueno, he estado forzando todo el mes, con los niños de los experimentos de chichinabo de las mañanas, a los que hay que tener quietoscallaos a base de garganta... y la función, que la he tenido los sábados, y también me llevaba a apretar cuello... y los domingos, en El Bar, La Hora Especial, en la que me desgañito... Ningún día de descanso -me engañaba, porque a mí la garganta, sin intromisión de bacterias de polla, me aguanta ese esfuerzo y más- así que seguro que, en cuanto lleve una semanita de descanso en La Curva, todo se me pasa...
Pero no se me pasa...
Tengo Piralvex aquí?... Es que me duele, leche!... No puedo cantar a voz en cuello, como a mí me gusta... Y tengo que estar óptimo para el pregón!... Que por cierto, tengo que llamar al señó arcarde dame una caza y resolver yo el tema, porque si es que sí, me bajo mañana Domingo a La Capital del Imperio, pa pillar el tren... y si es que no, la operación se retrasa hasta el Martes... de modo que no puedo esperar a que mi Cyber-apo me lo resuelva el Lunes por la mañana. El Lunes por la mañana tié que estar ya resuelto!... Me ha repuesto el servicio Vodafone?... Sí?... Ah, pos llamo ya mismo!
Quiero iniciar un blog sobre La Capital del Imperio. Cuatro días seguidos que escribo aquí, porque no me queda otra, y ya me siento Clark Kent!... Absurdo eres, hijo mío!...
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